La Amatista refleja un rayo púrpura, es decir uno de los color del tercer ojo. Se trata del color que contemplamos a veces al anochecer, cuando la luz del día cede ante la oscuridad. Simboliza el paso de la conciencia del estado normal de vigilia al estado de percepción alternativa. Cuando vivimos estos instantes misteriosos en que se transforman las energía, el rayo amatista repercute sobre la esencia mágica y la capacidad de pasar de una realidad a otra.
Debido a su efecto calmante sobre la mente, la Amatista sirve para
estados mentales de estrés o confusión. Es una de las mejores piedras
para tratar las jaquecas y las tensiones ya que suavizan las ansiedades
mentales que provocan tales estados. La Amatista púrpura tiene algún matiz azul
y rojo. El color azul aporta la paz a la energía de acción roja. Por
consiguiente, es positiva para las personas que tengan una fuerte personalidad
o mal genio (energías rojas). La Amatista restablece el equilibrio mental. Es
especialmente útil si se padecen pesadilla crónicas. Antes de
acostarse, mantén una Amatista contra la frente y prográmala para
que guíe la mente a través del sueño. A continuación ponla debajo de
tu almohada y duerme tranquilo. Si durante la meditación sostienes algún
cristal o una pequeña drusa de Amatista en la mano izquierda (con el extremo
apuntado hacia el brazo), la energía de la Amatista fluirá hacia el cuerpo. Con
esta técnica se relaja el sistema físico, y se vuelve uno más vulnerable y
sensible a las experiencias meditativas. Las grandes drusas de Amatistas son
ideales para los altares de meditación, para fijar en ellas la concentración.
La mente ejercita mediante estas meditaciones su habilidad para concentrarse y
serenarse, mientras la atención sigue fijándose en el mundo objetivo.
Su color oscila
entre el púrpura oscuro y el blanco casi transparente con un leve matiz
púrpura. Habitualmente cuanto más oscuras o más transparentes más valiosas
y más caras.
Vive con una
Amatista y notarás sus vibraciones, tu casa, tu habitación y sobre todo
tú, estaréis menos crispados. Pruébala y me cuentas.
* Texto: Katrina Raphaell / La
Iluminación por los Cristales
Facinante
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